20/7/17

El Compañero Ideal de Oficina


Las oficinas abiertas son famosas por promover la creatividad y productividad. Pero resulta que así de importante como lo es el espacio, es el compañero que se siente a tu lado.


Durante dos años, investigadores de Harvard estudiaron la disposición de los asientos y la producción de dos mil trabajadores en una empresa de tecnología no identificada, calculando la proximidad y la productividad de los participantes y analizando la rapidez con la que realizaban sus tareas. 
Los resultados arrojaron que cuanto más densa de personas productivas es el área, mejor es el trabajo en términos de productividad, efectividad y calidad de un trabajador cercano. 
Así mismo sucede al inverso. Menos productividad si te sientan cerca de trabajadores “tóxicos”. 

Los investigadores lo llaman el “efecto derrame”: la gente de escritorios cercanos se pega entre sí, tanto de formas positivas como negativas.  Los trabajadores no pueden estar demasiado alejados para que esto funcione: fuera de un radio de 8 metros, el efecto disminuye.

El éxito de empresas como Google y Pixar se atribuyó, en parte, a sus espacios “colaborativos” de oficina. 
“Este estudio es muy consecuente con esa idea”, dijo el investigador Dylan Minor, catedrático adjunto invitado de Harvard. 
“Quienes están dentro de un espacio razonable efectivamente tienen un efecto en quienes les rodean”.

Una revisión de más de 100 estudios reveló que, a pesar de ciertos beneficios, las oficinas abiertas afectan los lapsos de atención, la productividad y la creatividad de los trabajadores. El problema radica en que las oficinas abiertas simplemente no se están haciendo de la manera correcta.
Para optimizar la eficiencia, las empresas deberían sentar a sus empleados según el tipo de trabajador, según el estudio de la HBS. 

Los investigadores identificaron dos tipos de personas: empleados altamente productivos que comúnmente generan un trabajo de menor calidad y personas más lentas que producen un trabajo de alta calidad. 
Los dos tipos de personas ejercen un efecto derrame mutuo, pero solo de manera positiva, reveló el estudio. 
La gente productiva hace que la gente lenta haga su trabajo más rápido, sin comprometer la calidad. 
Y los que producen un trabajo de alta calidad también influyen de forma similar en los trabajadores más rápidos. Incluso si estos trabajadores se trasladan o abandonan la compañía, los efectos de sus competencias permanecen durante aproximadamente un mes, se lee en el informe.

“Esto sugiere una oportunidad”, dijo Minor. Las empresas deberían usar la presión social resultante para obtener el máximo de sus empleados, mezclando los dos tipos de trabajadores en la distribución de los asientos de la oficina. “Se pueden juntar a algunos trabajadores con distintas fortalezas sin arruinar dichas fortalezas”, agregó Minor.

La empresa de tecnología no identificada que trabajó con los investigadores ya comenzó a implementar algunos de estos hallazgos. 
Si llegara a ser tan exitosa como Google, todos comenzaríamos a mezclarnos en base a nuestros propios conjuntos de habilidades. 

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