15/5/17

Ser feliz en el trabajo ¿Es Posible?


Seguramente habrás escuchado sobre el énfasis en ser feliz en el trabajo.
Este tema ha cobró mayor importancia cuando estudios demostraron que las personas felices en el trabajo se esforzaban más, tenían mayor fidelidad y compromiso, por ende mayor productividad.

Otra razón por la que se preocupan las organizaciones es que muchos trabajadores desmotivados, terminaban por dejar las organizaciones, lo que resultaba en un mayor 
costo para la compañía.

Aunque es necesario que la organización invierta en tener a sus empleados “felices”, 
hay una responsabilidad que sólo le corresponde al trabajador y que no funcionará si 
está albergando expectativas poco realistas sobre el lugar de trabajo.

Muchas organizaciones pueden parecer atractivas de cara para afuera, y sin embargo 
una vez en ella, descubrir que no todo es color de rosa.

Y es que cualquier trabajo tiene un lado bueno y una cruz que cargar. Es por ello que 
crear ideales poco realistas basados en la comparación, puede ser un peligro para 
que uno experimente la desilusión laboral.

Razones de Tristeza Laboral


Un estudio de Londres dijo que trabajar es una de las actividades más odiosas de 
nuestra vida, superado por el enojo que nos causa estar enfermos en cama.
¿Pero será el trabajo algo que cause en sí mismo tanta tristeza laboral?
Montse Ventose, socia directora de Grow, resume así las causas de tristeza laboral(*):

1. Ser invisible: El llamado efecto Hawthorne demuestra que las personas no sólo necesitan sentirse especiales, sino simplemente vistas, implicadas, comprobar 
que su trabajo tiene un impacto. 

En algunas empresas, las personas son sólo vistas como un número. Los profesionales 
en ese entorno laboral apenas sienten que impactan en el destino de la compañía, 
y suelen tener una sensación de no control que deriva en estrés.

2. No ser correspondido: La era del hacer más con menos provoca la sensación 
de que, independientemente de lo que se haga, no se va a apreciar el esfuerzo y 
se premia la mediocridad. 
Sentir que se da más de lo que se recibe es uno de los grandes aceleradores de la desilusión y la tristeza.

3. Estar en el lugar equivocado: Puede suceder que alguien se dé cuenta de que su trabajo o su profesión no le llena, que lo que hace no tiene un sentido. Esto implica un proceso de autodescubrimiento personal que puede llegar a ser doloroso, y contribuir 
en el corto plazo a esa tristeza.

4. Las relaciones: El freno al rendimiento es la posibilidad de que prime el amiguismo 
por encima de los resultados y la profesionalidad. 
Confundir los límites y la relación profesional con la amistad es garantía de fracaso y frustración.

5. Los sueños frustrados: Algunas veces, al tratar de atraer a nuevos talentos las empresas suelen prometer cosas que en el futuro no se pueden cumplir. Esas ilusiones 
de los trabajadores, cuando no llegan a buen fin, generan mucha tristeza.

6. Incapacidad para equilibrar demandas: Mantener el equilibrio de las múltiples demandas como trabajo, familia, pareja, hijos, aficiones, puede producir estrés. 
Además la tecnología puede incrementarlo.

Teniendo en cuenta estas razones. Muchas empresas han empezado a trabajar desde 
una óptica más humana. Pensando en el colaborador no sólo como un elemento de producción. Mucho depende del tipo de gestión y del tipo de empresa.

La Empresa y mi parte

Buscando la felicidad en el trabajo podemos caer en una idea errada, esperando que 
la organización haga de todo para que seamos felices.

La buena organización, enfocada en sus colaboradores buscará proveer herramientas que ayuden a que el trabajador maximice su potencial y se mantenga motivado.
Pensará en la ergonomía y salud del colaborador, creerá en la flexibilidad, dará crecimiento, etc. Pero hay que entender que la percepción de felicidad para cada persona es distinta

Tratar de que una empresa haga feliz al empleado siempre, es una tarea imposible y 
no es la misión de la empresa.
Para Montse Ventosa, “ninguna organización que intentara hacer feliz a sus empleados 
lo conseguiría. Sería una misión imposible que requiere demasiada energía para un impacto limitado. Es mucho más sencillo y productivo intentar crear unas condiciones donde cada persona pueda encontrar su propio espacio para estar satisfecho”.

Por otro lado, el experto de recursos humanos, Jesús Vega, dice que para que una 
persona esté satisfecha en una actividad tienen que haber tres condiciones: obtener placer por ello, proyección de realizaciones (que sirva para algo), y que se 
identifique con sus valores personales.

Si te sientes desalentado con tu trabajo, podrías empezar a evaluar entre estos tres 
puntos, y ajustar tus propias expectativas.


Ningún trabajo tiene todo “lo ideal”. La clave es reinventarse y crear valor. 
Como dijo alguien por ahí, puede ser que tu trabajo soñado, sea justamente el que 
ya tienes.

(*) Tomado de artículo de Gestión - ¿La Felicidad en el trabajo es una meta posible?

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